Avances y desafíos del diagnóstico y tratamiento temprano del Trastorno del Espectro Autista

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un tema de creciente interés y preocupación en el ámbito de la salud. Para ahondar en este tema, conversamos con Andrea Rivera, psicóloga con Magíster en Psicopatología Infanto Juvenil de la Universidad Autónoma de Barcelona, especialista en trastornos del neurodesarrollo y certificada en el Early Start Denver Model. Rivera colaboró en un artículo titulado Actualización en diagnóstico e intervención temprana del Trastorno del Espectro Autista, publicado en la Revista Chilena de Pediatría junto a Valeria Rojas y Nelson Nilo.

En esta entrevista, Andrea Rivera nos brinda una mirada detallada sobre su participación en este estudio y comparte su visión sobre el futuro del diagnóstico e intervención temprana del TEA en Chile. 

¿Qué te motivó a investigar acerca del diagnóstico e intervención temprana del Trastorno del Espectro Autista?

Este artículo lo escribí cuando venía recién llegando de mi Magíster de Psicopatología Infanto Juvenil en la Universidad Autónoma de Barcelona y, al mismo tiempo, me estaba formando en este modelo que es el Early Start Denver, del que ahora soy terapeuta certificada. También, cuando estaba en Barcelona, trabajé en el hospital San Juan de Dios en la Unidad de Trastornos del Neurodesarrollo, entonces llegué a Chile con muchas ganas y energía de promover el diagnóstico temprano e intervenciones tempranas que sean basadas en la evidencia. 

En nuestro país es muy incipiente el análisis estadístico sobre el trastorno. Sin embargo, al volver, vi que las cosas avanzaban bastante rápido y me sorprendió la capacidad que ha tenido el Sistema Público al momento de diagnosticar y gestionar todos esos elementos. 

La verdad es que es un cambio cultural completo, pues requiere que pediatras, enfermeras, profesores, etc., estén en una misma sintonía a la hora de poder ver estos indicadores tempranos y poder hacer las derivaciones pertinentes.

¿Cuáles diferencias encontraste en Barcelona en comparación con Chile?

El sistema de salud europeo evidentemente tiene muchas ventajas en comparación con el chileno. Yo trabajaba en una unidad donde los chicos llegaban a una segunda opinión, es decir, ya habían pasado por un sistema de salud primario.

La diferencia claramente tiene que ver con el nivel de despliegue que tenían ellos en términos de salud primaria y secundaria a la hora de hacer diagnóstico e intervención temprana. 

También trabajé en el sistema de salud privado y ahí, por ejemplo, el Early Start Denver Model era uno de los modelos que tenían más demanda, porque también era un público muy bien informado sobre cuáles eran los modelos que estaban a disposición. En Chile, cuando regresé, no era muy conocido, sin embargo, ahora cada vez se está masificando más.

Es muy importante que las familias, a la hora de escoger un modelo de intervención, no solo elijan profesionales idóneos, sino que el modelo que practican también esté basado en evidencia científica. Asimismo, es una inversión tremenda que la familia hace y es súper importante que esa inversión sea efectiva y eficiente.

¿Qué desafíos enfrentaste mientras ibas desarrollando esta investigación?

Escribir es fácil, lo que es difícil es trabajar con este tema. Cuando haces una intervención con niños/as que están dentro del espectro, tu objetivo principal es la conexión. Sin embargo, es desafiante estar realizando la intervención con un niño/a que muchas veces no presta atención, que quiere hacer cosas que son absolutamente repetitivas o que está pegado con temas sensoriales. No obstante, me encontré profundamente comprometida con la búsqueda de esa conexión. Es muy bonito cuando perseveras hasta que ese niño/a con el que trabajas se abre, florece, te mira  y conecta. 

Lo que también es difícil es que los padres puedan acceder a intervenciones de calidad, así como la preocupación por la viabilidad financiera de dichas intervenciones y la búsqueda de un entorno educativo adecuado para sus hijos.

¿Cómo ves el futuro del diagnóstico e intervención temprana del TEA en Chile?

Creo que el Gobierno de Chile ha hecho una inversión en poder formar a sus propios profesionales en términos de hacer un diagnóstico temprano e intervenciones que sean basadas en evidencia. También, considero relevante toda la movilización desde el punto de vista civil, las organizaciones de padres y los profesionales, ya que eso es importante a la hora de implementar políticas públicas.

¿Consideras la Ley TEA como un avance en la materia?

Claro que sí. Sin embargo, una cosa es la ley y otra es cómo se aplica. Yo creo que eso es algo en lo que estamos un poco expectantes de ver: cómo aterriza la ley, con qué fondos se cuentan o cómo se van a gestionar esos elementos, pero me parece que un buen es una buena declaración de principios.

¿Cuál crees que es el aporte de Kreser?

El aporte va con la capacidad de los profesionales de formarse siempre, de poder estar a la vanguardia de toda esta evidencia científica, lo que también va muy de la mano con una visión muy respetuosa de la infancia y adolescencia.  El centro ofrece a las familias la oportunidad de formar parte de una comunidad donde reciben atención integral, no solo del profesional que los atiende, sino de todo el equipo de Kreser.

Lee el artículo aquí: https://www.revistachilenadepediatria.cl/index.php/rchped/article/view/1294/1257